La joya radiante.
El sabor solemne, el vestido
de novia de frutales colores.
De la tierra viene
con su himno de fuego
con sus espadas danzantes,
a caer en copas montañosas.
A caminar como una bella promesa
por los senderos de la Historia.
Viene de la tierra
como un río sin inicio
como una lluvia deliciosa.
La uva
y sus sexuales redondeces.
La uva
sus batallas legendarias
y su porte de reina de todo el universo:
Sonora en sus canciones,
victoriosa en sus leyendas
conocedora de los labios
de los héroes y sus cautivos.
La uva
convertida
en sabores y colores
en día y noche
en cada estación
y en la encantadora
danza de la luna.
Viene de la tierra;
hecha vino se introduce
en el resquicio fragante
del amor,
en el inquieto secreto
de los solitarios,
en la mesa dulce y blanca,
en la turbia y rústica tabla.
En todos lados entra
como una antigua conocida,
una amiga inconfundible.
Viene de los valles,
vestida de sangre y
penetra
en las gargantas;
musical y esquiva,
festiva y funeral.
En todos lados es la de siempre:
la única, la inolvidable,
la que inicia, la que culmina,
la uva
promesa del vino.
La uva.
Viene de la tierra.
(agosto 10 de 2015)

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